La necesidad
de aprobación de los demás equivale a decir: “Lo que tú piensas de mi es más
importante que la opinión que tengo de mí mismo”
Si sólo deseas
la aprobación simplemente es porque te sientes feliz con el apoyo y la
aceptación de la demás personas. Pero si la necesitas, te puedes derrumbar en
caso de no conseguirla. Es entonces, cuando empiezan a funcionar las fuerzas
autodestructivas.
Entregas un
trozo de ti mismo a la “persona exterior” cuyo apoyo es imprescindible para ti.
Si ese tercero te desaprueba, te inmoviliza (aunque sea levemente).
La búsqueda de
la aprobación es una actitud inmadura que hace que des más valor a las
opiniones de los demás que a la tuya propia.
Esa actitud
fomenta emociones tóxicas de culpa y de autocompasión, y no te permite hacerte
responsable de tu propia vida. Para que puedas liberarte de la búsqueda de
aprobación acepta que cada persona tiene derecho a opinar libremente, y que eso
no tiene absolutamente nada que ver contigo. Lo que los demás piensan, dicen y
hacen, tiene que ver con ellos, pero no tiene nada que ver con tu propia
valoración. Sé consciente de que lo único que produce un efecto sobre ti es lo
que tú piensas de ti mismo.
Aprende a
detectar las actitudes en busca de esa aprobación:
Cambiar de
postura o de manera de pensar porque alguien da muestras de desaprobación.
Suavizar un
comentario o declaración para evitar reacciones de desagrado.
Adular a tu
interlocutor para que te quiera.
Sentirte
deprimido o angustiado cuando alguien no está de acuerdo contigo.
Sentirte
insultado o humillado cuando alguien comenta o declara una opinión contraria a
la tuya.
Ser
excesivamente amable y adulador aunque estés en desacuerdo con lo que se dice.
Hacer cosas
para otra persona y sentir resentimiento porque no te atreviste a decirle que
no.
Sentirte
intimidado por un vendedor agresivo y comprar algo que no te gusta o no
quieres o tener miedo de devolverle
alguna mercancía porque le disgustará y no te querrá.
En un restaurante,
comerte un trozo de carne que no está hecho como lo pediste porque no le caerás
simpático al camarero si lo devuelves.
Decir cosas
que no piensas para evitar que la gente no te quiera.
Pedir permiso
para hablar, o para comprar algo, o hacer cualquier cosa, a una persona
importante en tu vida porque temes su desagrado.
Pedir excusas
continuamente los excesivos “lo siento” y “perdón” que están destinados a hacer
que los demás te perdonen y te aprueben constantemente.
Tratar de
impresionar a los demás con tus conocimientos de algo que ignoras
“pretendiendo” saberlo.
Sentirte
infeliz porque alguien que tú aprecias tiene una opinión contraria a la tuya y
te la expresa.
¡Esta lista
podría ser infinita!
Comportamiento
para dejar de buscar o esperar la aprobación de parte de otras personas:
Si alguien no
está de acuerdo contigo, en vez de enfadarte o de cambiar tu manera de pensar,
simplemente dile que aceptas y respetas su opinión, pero que no la compartes.
Si te acostumbras a adoptar esa actitud, poco a poco te sentirás más seguro con
respecto a tus propias opiniones.
Etiqueta la
desaprobación con nuevas respuestas que empiecen con la palabra tú. Por
ejemplo, te das cuenta de que tu padre no está de acuerdo contigo y se está
enfadando. En vez de cambiar de posición o defenderte, simplemente contesta con
un “tú te estás enfadando y piensas que yo no debería pensar como pienso”. Esto
te mantendrá en contacto con el hecho de que la desaprobación le pertenece a él
y no a ti.
Si piensas que
alguien está tratando de manipularte rebajando tu autoestima, dilo. En vez de
ablandarte con el propósito de lograr aunque sea algo de aprobación, puedes
decir en voz alta: “Supongo que te gustaría que yo cambie de opinión”. El hecho
de etiquetarlo te mantendrá en contacto con tus propios pensamientos y tu
propio comportamiento.
Si las
críticas que te hacen no te gustan, no luches contra ellas, respétalas y da las
gracias. Tómate las críticas como una información útil para tu crecimiento y
desarrollo. Te pueden decir que eres una persona tacaña, alocada, tímida,
irritable, inestable emocionalmente, etc. Da igual lo que te digan, no te
preocupes de si lo que te dicen es cierto o falso, tú siempre permanece sereno
y da las gracias a las personas que te critiquen por hacerte notar tus
supuestos defectos.
Si te
acostumbras a ser agradecido por las críticas que recibas, poco a poco, irás
molestándote menos y ganarás confianza en ti mismo. Considera el acto de
agradecer como el arma más poderosa para poner fin a cualquier lucha de
opiniones.
Evita decir al
final de tus frases muletillas del tipo « ¿no? ¿Sabes? ¿Verdad?», pues indican
inseguridad. Cuando al decir una frase la acabas con una de esas muletillas
estás convirtiendo una frase afirmativa en una pregunta que busca aprobación.
Por ejemplo, si dices «La comida está sabrosa, ¿no?», no estás afirmando con
seguridad lo que tú piensas, sino que estás esperando que el otro te resuelva
una duda. En cambio, si dices « La comida está sabrosa», te estás expresando
con confianza en ti mismo.
Si realmente
quieres liberarte de la necesidad de búsqueda de aprobación, pon mucha atención
a todo lo que piensas, sientes, dices y haces. Sólo así podrás corregir esa
actitud inmadura que te resta libertad.
Si logras
eliminar esta molesta zona errónea de tu vida lo demás te parecerá fácil,
porque has sido condicionado a necesitar la aprobación de los demás desde que
respiraste por primera vez en esta Tierra. Tendrás que practicar mucho para
lograrlo pero bien vale la pena cualquier esfuerzo que pongas en ello.
Recuerda:
“Deja que los demás opinen libremente, no cambies de forma de pensar, agradece
a los que te critican y cuando hables no utilices muletillas”.
Espero que
esta información sea de gran utilidad en tu transitar por la vida. Recuerda
aprovechar y aplicar este conocimiento a tu favor. Nos vemos hasta la próxima
entrega. Inhala, Sonríe, Exhala… Dios está en Total Control. “ASÍ DE SIMPLE”